Ruta de la Selva Misionera (Provincia de Misiones)

La Ruta de la Selva es una Región Ecoturística que coincide geográficamente con el área de conservación y desarrollo sustentable denominada Corredor Verde de la Provincia de Misiones. Es una región amplia que se puede transitar desde todos los puntos cardinales de la Provincia. Una ruta que se adentra en el corazón de Misiones para descubrir el verdadero trópico argentino.

Recorrerla es conectar la fuerza de las Cataratas del Iguazú con la magia de la selva misionera, y descubrir la mayor biodiversidad del país en incontables reservas naturales. Una de ellas, la Reserva Yabotí.

Hay que dejarse asombrar por sus caminos de tierra colorada y rutas escénicas, bañarse en ríos y cascadas, acampar bajo las estrellas, y hacer turismo aventura en sitios maravillosos como el Salto Encantado o el Parque Moconá.

Una manera de descansar a puro confort y no dejar de conocer ciudades, pueblos y comunidades donde se funden idiomas, estilos de vida y tradiciones sorprendentes.

Más información: Provincia de Misiones

Ruta de la Yerba Mate

En Argentina, la Ruta de la Yerba Mate forma parte de las rutas alimentarias que fusionan lo turístico con lo cultural y gastronómico, destacando las provincias de Misiones y Corrientes. Muchos de los establecimientos yerbateros de la Ruta ofrecen recorrer sus yerbales, visitar las plantas de envasado e incluso hacer degustaciones y visitas guiadas que explican el proceso de producción.

En Brasil, el itinerario Caminhos da Erva-Mate es un circuito pedagógico rural donde los visitantes conocen el modo de vida de los productores de yerba mate del Estado de Rio Grande do Sul, así como las diferentes formas de producción.

En Paraguay, esta Ruta Turística Ka’a Rape es un apasionante paseo donde se mezcla la naturaleza, la fauna, la ciencia, la tecnología, las costumbres y las tradiciones, con la mística que envuelve a la yerba mate, el principal ingrediente del tereré, la bebida tradicional paraguaya. Se realiza el recorrido turístico por las empresas yerbateras, donde el visitante podrá conocer el proceso de elaboración. También se visitan industrias yerbateras, museos, el primer Mate Bar de Paraguay, cultivos, Patrimonios Mundiales y Nacionales, además de la oportunidad de conectar con las comunidades nativas y conocer la espiritualidad ligada a esta noble planta.

Otro componente que hace que este circuito sea único es la gastronomía en torno a este alimento.

Parque temático de La Cruz (Provincia de Misiones)

Se encuentra sobre el cerro Santa Ana, a 360 metros de altura sobre el nivel del mar. Se desarrolla en un precio de 57,5 hectáreas de puro monte nativo misionero, con vertientes de agua, especies arbóreas autóctonas, aves de la zona y miradores naturales, combinando el ambiente con el sentido religioso y cultural.

Los senderos permiten el disfrute de los distintos sectores y, en la cumbre del cerro, como atractivo principal, se levanta «La Cruz de la Selva«, una estructura de hierro de 82 metros que permite acceder a una vista panorámica de una belleza inigualable. El ascenso a los brazos de la Cruz se realiza por medio de un ascensor, siempre y cuando las condiciones climáticas así lo permitan.

Más información: Turismo de la Provincia de Misiones 

El Camino de los Jesuitas en la Provincia de Misiones

En la Provincia de Misiones se puede vivenciar el legado patrimonial jesuítico junto al pueblo guaraní durante los siglos XVII y XVIII. De los 30 pueblos Jesuítico-Guaraníes fundados en la región, 11 se encuentran en Misiones y 5 de ellos pueden ser visitados para vivenciar el espacio real y la magnitud arquitectónica del diseño urbanístico que marcó el desarrollo de la zona.

Cada sitio destaca por cualidades intrínsecas únicas, que serán relatadas por sus guías. El recorrido del Camino conecta los Ríos Paraná y Uruguay por el Sur de Misiones, visitando las perlas de los Conjuntos Jesuítico Guaraníes de Santa María La Mayor, Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto, San Ignacio Miní y Corpus Christi, siendo las cuatro primeras Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Dentro de los sitios destacados está el Conjunto Jesuítico Guaraníes de San Ignacio Miní, fundado a mediados de 1610. Se trata de uno de los principales íconos culturales y turísticos, donde el Espectáculo nocturno de Imagen y Sonido corona una experiencia única..

Más información: Turismo Provincia de Misiones

En Argentina, Brasil y Paraguay: Misiones Jesuíticas de los Guaraníes

Se trata de uno de los  legados jesuitas más importantes del mundo, testimonio cultural único que nos ha dejado de herencia la Compañía de Jesús al concluir su etapa evangelizadora en tierras americanas, durante los siglos XVII y XVII.

Las Misiones Jesuíticas Guaraní, o reducciones, fueron construidas en el corazón de la selva tropical, en los territorios de la antigua Provincia del Paraguay. Estos vestigios de nuestro pasado, que hoy podemos visitar en Argentina, Brasil y Paraguay, se combinan con la belleza que despliegan los paisajes misioneros y la calidez de sus gentes. Se trata de una ruta imperdible para quien quiera descubrir un legado histórico y cultural único.

Cada reducción, construida como un modelo de organización social, cultural y económica, era gestionada por dos o tres jesuitas, al frente de 3.000 o 4.000 indígenas y se estructuraba en torno a una gran plaza, alrededor de la cual se construía una escuela, un templo, una huerta, un cementerio y las viviendas de los nativos.

Además de su valor histórico, la arquitectura que aún sigue en pie combina el barroco colonial con los trazos artísticos de los guaraníes, que trabajaron en la construcción de estos pueblos misioneros. Por eso, la UNESCO ha reconocido su valor universal, declarándolas Patrimonio Mundial.

En Argentina, visitaremos las misiones de San Ignacio Miní, Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto y Santa María la Mayor, todas ellas en la provincia de Misiones.

En Brasil, la más importante es São Miguel das Missões, en el estado de Rio Grande do Sul, que forma parte de los Siete Pueblos Misioneros construidos en las llamadas Misiones Orientales.

Y en Paraguay,  la Santísima Trinidad del Paraná y Jesús de Tavarangue, ambas situadas en el departamento de Itapúa, que constituyen el principal emblema de la Ruta Jesuítica paraguaya.

Para consultar las declaratorias de la UNESCO sobre este conjunto de Misiones Jesuíticas, puedes acceder a https://whc.unesco.org/es/list/275 y a https://whc.unesco.org/en/list/648/

También puedes encontrar más información para organizar tu visita en los enlaces siguientes:

  1. San Ignacio Miní (Argentina-Provincia de Misiones)
  2. Santa Ana (Argentina-Provincia de Misiones)
  3. Nuestra Señora de Loreto (Argentina-Provincia de Misiones)
  4. Santa María la Mayor (Argentina-Provincia de Misiones)
  5. São Miguel das Missões (Brasil-Estado de Rio Grande do Sul)
  6. Santísima Trinidad del Paraná (Paraguay-Departamento de Itapúa)
  7. Jesús de Tavarangue (Paraguay-Departamento de Itapúa)

Nuestra Señora de Loreto

La misión jesuítica guaraní de Nuestra Señora de Loreto fue fundada en 1610 por los Padres José Cataldino y Simón Masseta, en el Guayrá, en la ribera izquierda del río Pirapó. Después de algunos asientos provisorios, se estableció en 1686 en el lugar donde hoy quedan sus ruinas.

Durante el período jesuítico la reducción de Loreto fue un centro de peregrinación para el pueblo guaraní-misionero. En la reducción se hallaba una vía procesional que vinculaba la Capilla de la Virgen de Loreto, ubicada a las afueras del pueblo, la tumba del P. Antonio Ruiz de Montoya, cuyos restos eran venerados en el templo y la Capilla del Monte del Calvario que se ubicaba en a 1.300 metros en el extremo opuesto a la Capilla de la Virgen.

La Capilla de Loreto poseía un campanario y una “lámpara pequeña”, según referencias del inventario realizado en 1768. La presencia de columnas de piedra y la misma gradería de la capilla indican que la construcción aún estaba en remodelación en el año 1749, y probablemente toda la obra date de fines de la primera mitad del siglo XVIII, momentos en que se produjo la mayor renovación arquitectónica en la reducción de Loreto.

La presencia de un amplio espacio abierto, o plazuela, delimitada por la Capilla, el cotiguazú y las tiras de viviendas, denotan la significación ceremonial del sector. A esto se suma la considerable elevación de la plataforma sobre la que se construyó la edificación, instalada sobre el inicio de una calle que en línea recta se dirige hacia el templo, la plaza y el frente de la residencia, culminando en la capilla del Monte del Calvario, ubicada a 1.300 metros  de la Capilla de la Virgen.

La Capilla de la Virgen no constituía un hecho arquitectónico aislado. Era parte componente de un complejo religioso integrado por tres ámbitos que se integraban en una lineal vía procesional. Esta vía estaba compuesta por la Capilla de la Virgen, el Templo, sitio donde reposaban los restos del Padre Montoya, y la Capilla del Monte del Calvario, punto culminante de la vía procesional, especialmente durante la Semana Santa. Mucho influyó en esto seguramente las indulgencias plenarias concedidas por Roma para la Capilla de la Virgen y el Templo de Loreto.

La Vía Procesional se mantiene como una experiencia vivencial en el conjunto guaraní jesuítico de Loreto, siendo recreada por peregrinos todos los años durante el Viernes Santo.

Ruinas de San Ignacio Miní

La misión jesuítica de San Ignacio Miní se fundó en 1610 por los Padres José Cataldino y Simón Masseta en la rivera izquierda del río Paranápanema con el objetivo de evangelizar a los nativos guaraníes. En 1696 después de algunos asientos provisionales, se establece donde hoy se aprecian los valiosos restos de sus ruinas jesuíticas, en una pequeña reserva fiscal, rodeada por el trazado urbano de la moderna ciudad de San Ignacio, en la provincia argentina de Misiones.

Es la más completa de todas las misiones jesuíticas conservadas en, lo que es hoy, la Provincia de Misiones. El monumento está totalmente cercado y resguardado. Estos restos han sido reconstruidos durante el período 1940-1950.

Prácticamente todo el conjunto urbano estuvo construido en roca arenisca rosada y en menor medida en roca itacurú. Los trabajos de restauración que se ejecutaron en el sitio permiten que podamos apreciar con exactitud lo que fuera la trama urbana de la reducción jesuítica. El templo, la residencia o colegio, los talleres y las viviendas indígenas pueden ser apreciadas en todos sus aspectos funcionales, lográndose una idea acabada de lo que implicaba la vida cotidiana en una reducción jesuítica.

La fachada del templo, los portales de los accesos laterales al templo y el pórtico de la sacristía constituyen obras únicas del barroco misionero-guaraní. Se trata de componentes, junto con la residencia o colegio con sus pisos y corredores y escalinatas originales, que distinguen a San Ignacio Miní y la hacen única en el contexto de los demás conjuntos jesuíticos.

La distancia que separa San Ignacio de Posadas, la capital de la provincia de Misiones, es de unos 60 km. y se puede acceder fácilmente por carretera.