Recorrer las misiones jesuíticas de Brasil en bicicleta es la mejor forma de conocer las comunidades locales. Los ciclistas pueden alojarse en pequeños hoteles rurales y posadas familiares para que la inmersión cultural sea total. La hospitalidad y sencillez de las gentes que habitan los pueblos misioneros es algo que destacan todos los visitantes, pues en cada lugar al que llegan son recibidos con los brazos abiertos, como si fueran parte de la familia.
El recorrido pasa por senderos históricos, bosques y campos de cultivo y atraviesa los siete pueblos misioneros donde se pueden visitar sus museos, iglesias y catedrales.
Hay diferentes posibilidades dependiendo del tiempo disponible y el esfuerzo físico que se quiera realizar. El recorrido completo comprende un poco más de 300 km. Pero se puedes recorrer seis de los siete pueblos en un recorrido de aproximadamente la mitad: 150 km.