Cada 3 de junio, miles de fieles de todo el país y de diferentes países del mundo acuden a la ciudad de Florida, y más precisamente a la Capilla de San Cono, para venerar al santo y participar de una procesión, de múltiples misas y de la gran feria de comerciantes que se realiza para rendirle homenaje. La celebración religiosa tiene una larga tradición en el país, superando las 136° ediciones.
San Cono nació en el pueblo de Teggiano en el siglo XII. Fue canonizado por el Papa Pío IX en 1872 y, diez años después, una comunidad de inmigrantes provenientes de esta localidad italiana decidió traer la imagen del santo a Uruguay y construirle una capilla.
La devoción y apropiación por parte del pueblo uruguayo fue casi inmediata. En poco tiempo conquistó el corazón de los floridenses y los uruguayos, que empezaron a atribuirle bondades propias. Pasó de ser el patrono de Teggiano, protector contra guerras y pestes, a ser patrono de “quinieleros”, siendo ampliamente invocado para gozar de buena suerte en juegos de azar y con el dinero.
La celebración de San Cono tiene varias etapas. Por la mañana, el obispo preside la eucaristía, y por la tarde se realiza la popular procesión con la imagen del santo por las prinipales calles de la ciudad. La popularidad de la celebración es tal que el 3 de junio se decretó feriado departamental.
Créditos de las fotografías: Ministerio de Turismo de Uruguay.